La ternura del diablo

...tengo una huerta en el recuerdo de mi infancia donde aún me paro a meditar, cuajada en flor, llena de vida, donde mi vista juega con tres colores: el azul del cielo infinito que me transmite las ganas de volar, el verdor de la espesura que me invita a esconderme y el blanco encalado del pozo que me llama a saciar mi sed inmensa. ¿Por qué habrá despedidas si son tan cortas? 

Tras los oficios se esconden personajes que, lo mismo que en la vida real, son sólo una tapadera, una cortina de humo para tapar lo bueno o malo que podemos tener en nuestra mente y lo que somos o no capaces de hacer, tanto como para cavar nuestra propia tumba o dar jaque mate a nuestros semejantes. En este caso, tras la aparente ética de un renombrado psiquiatra se esconde un pequeño dios, el doctor de Dios, travieso, oportunista, justiciero, con o sin causa, con o sin pasado que actúa a expensas el presente y del ritmo y la velocidad que le pone la vida, sin olvidar el peaje que ésta y los demás le imponen para alcanzar cotas de poder. Juegos macabros que terminan con la destrucción de la sociedad y el nacimiento de los héroes del siglo XXI.

 

El joven psiquiatra Dr. Muñoz está  a punto de iniciar su residencia hospitalaria en uno de los hospitales de referencia de su gran ciudad, allí va a descubrir los entresijos de lo que se cuece detrás del oscuro mundo de la locura. Todo le va a servir para tener una visión más amplia del ser humano y por supuesto de sí mismo. Todo un camino hacia la neurosis y la perversión.

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